La mercadotencia política en internet y en las redes sociales vino a cambiar para siempre la forma en que los candidatos a algún puesto público se comunican con la población. Todo comenzó a principios del 2007 cuando el candidato por el partido demócrata en Estados Unidos, Barack Obama, utilizó y descubrió en las redes sociales una herramienta poderosa y sumamente eficaz para dar a conocer sus propuestas. Hoy en día podemos afirmar que el primer presidente afro americano de Estados Unidos ganó las elecciones gracias a su manejo de mercadotecnia en las redes sociales.
Obama consiguió más de 300 millones de dólares en donaciones por parte de más de un millón de seguidores en sus cuentas de Facebook y Twitter. A través de estos medios consiguió la plena confianza de los jóvenes votantes que ya tenían una participación activa dentro del mundo cada vez más creciente e influyente de la web.
Las redes sociales le ayudaron a organizar más de 50 mil eventos en todo el país consiguiendo aforos que hubiera sido imposible reunir utilizando los medios tradicionales. La viralidad de una red social como Twitter logró que en cuestión de minutos el candidato tuviera convocadas a miles de personas en un lugar específico sin necesidad de recurrir a la radio o spots televisivos.
Su campaña de marketing online ayudó también a que todos aquellos votantes indecisos que eran usuarios de redes sociales se sintieran identificados y a la par con el candidato, obteniendo así el apoyo incondicional que llevó a Obama al triunfo el 4 de noviembre del 2008.
Partiendo de esta base sin precedente dentro de la propaganda política y su correspondiente y rotundo éxito es lógico que hoy en día todos los candidatos recurran a este tipo de herramientas sociales para ganar votos y acercarse a la gente. Pero la estrategia no es tan fácil como abrir un perfil personal en Facebook o en Twitter; el secreto está en conocer cómo funcionan las redes sociales para alcanzar un objetivo en específico.
Las herramientas de “social media” pueden ser un arma muy poderosa para no sólo captar votantes potenciales y donaciones sino también para llevar un registro en tiempo real de los gustos de la gente, conocer sus opiniones, sus demandas, sus quejas y cambiar las estrategias de campaña prácticamente en el camino dependiendo de la opinión de la comunidad.
Este tipo de páginas han logrado capturar la atención de millones de usuarios en un lapso muy corto de tiempo en comparación a los medios de comunicación tradicionales. Por ejemplo, la radio tardó aproximadamente 38 años en llegar a 50 millones de personas, la televisión tardó 13 años en alcanzar a el mismo número de televidentes. El internet lo logró en tan sólo 4 años y Facebook alcanzó la cantidad de 200 millones de usuarios en menos de un año.
Ahora la comunicación ha dejado de ser unilateral para dar paso a una relación de ida y vuelta en donde el posible votante demandará acciones y tendrá la voz para hacerlo. En contra parte el político que sepa aprovechar bien las redes sociales tendrá que dar respuesta en tiempo real a esas demandas si es que quiere trascender y conseguir la confianza de la población y por consiguiente el voto. Además de que tendrá la oportunidad de llegar a más personas que por otros medios.
El marketing político online es una gran ventaja pero también una gran responsabilidad para quienes lo usan y lo primero que se tendrán que plantear los políticos es que hoy en día las herramientas sociales van más allá de un escaparate, son una voz viva y latente y un termómetro que deberán ser muy tomados en cuenta para definir acciones, estrategias y cambios. Los discursos han perdido su eficacia, hoy la clave es la interacción verdadera con la población y sobre todo la capacidad de dar resultados en tiempo real.